El último pleno celebrado en Villarrobledo reflejó, una vez más, la forma en que el equipo de gobierno del PP entiende el ejercicio democrático. La sesión estuvo marcada por descalificaciones e insultos por parte de la concejala Amalia Gutiérrez, con el beneplácito del alcalde, Valentín Bueno, quien no intervino para moderar los debates de manera
equitativa.
En lugar de frenar las faltas de respeto de su bancada, el alcalde Bueno dirigió su autoridad exclusivamente contra la oposición, alimentando un clima de tensión innecesaria en el salón de plenos. En un espacio que debería estar destinado al debate, al diálogo y la búsqueda de consenso en beneficio de los vecinos de Villarrobledo. El tema central de la sesión plenaria fue el gasto plurianual con el objetivo de privatizar el mantenimiento de caminos. El Grupo Municipal Socialista reiteró su firme oposición a esta medida, argumentando que compromete un servicio esencial del municipio durante cinco años sin garantizar mejoras sustanciales ni transparencia en su gestión.
Los socialistas defendieron que esta decisión hipoteca a futuras corporaciones y pone en riesgo la calidad del servicio y la capacidad de actuación rápida ante las necesidades de los ciudadanos. Su oposición a la privatización del mantenimiento de caminos se ha argumentado dado que el consistorio cuenta con trabajadores municipales capacitados y con la maquinaria necesaria para llevar a cabo este servicio. Según los socialistas, la privatización no solo incrementará los costos para los vecinos, sino que también conllevará la pérdida de capacidad de gestión y control sobre las actuaciones en los caminos de la localidad.
Según Graciela Arenas, el ayuntamiento cuenta con trabajadores capacitados y formados que conocen de primera mano las necesidades del servicio, así como con la maquinaria necesaria para llevar a cabo estas tareas. El conocimiento acumulado por los trabajadores municipales sobre las características y pormenores de la extensa red de caminos se perderá con la privatización, advierten. Además, señalan que la maquinaria existente ha sido descuidada y abandonada en distintos puntos de la localidad por la concejala Gutiérrez, lo que ha llevado a un deterioro premeditado del Servicio de Caminos.
Para la portavoz socialista este abandono deliberado del Servicio de Caminos, se ha hecho paulatinamente, se lleva más de un año sin arreglar caminos, sin asignar dotación presupuestaria y sin mandar trabajo al personal adscrito a este servicio para después “justificar” que el servicio no funciona, que se ha deteriorado y que no somos capaces
desde la administración de llevarlo a cabo. Afirma que esta medida incrementará los costos para los vecinos y vecinas de Villarrobledo y resultará en la pérdida de capacidad de gestión y control sobre las actuaciones en los caminos.
El debate sobre la privatización se vio empañado por los insultos y la falta de respeto de algunos concejales del equipo de gobierno, así como por la actitud permisiva del alcalde.
Los concejales socialistas denunciaron estas actitudes y defendieron, por encima de todo, un modelo de gestión pública que priorice las necesidades de los vecinos y la transparencia en la toma de decisiones.
Según ha manifestado Arenas, el equipo de gobierno del PP tenía la intención de privatizar el servicio de mantenimiento de caminos desde hace mucho tiempo. Según los socialistas, en la anterior legislatura se presentó un arreglo plurianual con dotación presupuestaria para el mantenimiento de caminos que nunca se culminó, ya que la
verdadera intención era privatizar el servicio.
El proceso de adjudicación ha sido calificado como poco claro y turbio, generando serias dudas sobre las intenciones del Partido Popular, la concejala Gutiérrez y el alcalde Bueno.
Los socialistas afirman que se conocía la empresa adjudicataria mucho antes de que se conociera el fondo del contrato, y critican la fijación del equipo de gobierno por privatizar el servicio por el máximo número de años permitidos por la ley, sin justificación clara ni informes que avalen la necesidad de una adjudicación de cinco años en lugar de cuatro.
La conclusión de esta privatización, según el Grupo Municipal Socialista, es que el arreglo de caminos costará mucho más a los ciudadanos de Villarrobledo y que el equipo de gobierno ha privatizado el servicio porque son incapaces de gestionarlo, además de no creer en los servicios públicos. El coste de contratar nuevos trabajadores para la empresa
adjudicataria será de 90.000 euros, mientras que el ayuntamiento gastaba 60.000 euros en los trabajadores municipales.
A pesar de las advertencias sobre la falta de control y los riesgos asociados a la privatización, el PP siguió adelante con su propuesta, que responde más a intereses privados que al interés general de Villarrobledo.